viernes, 8 de abril de 2011

Virginalmente mala

Puse mis manos en mis ojos, los cubrí muy fuerte, conté hasta 20, y corrí a buscarte, por todos lados.

Cuando era niña solía encontrar a el amigo que solo yo veía en los lugares que solo nosotros conocíamos. Ahora me detuve exhausta, y me senté en la grama, desolada, con un disfraz de adulto, jugando a que era responsable, haciéndole creer a todos que sabía lo que hacía, sustituyendo mis juguetes por hombres, y jugando a ser la bruja mala del cuento, para despistar al tiempo de mis dudas y de mis miedos.

Eso hice alguna vez, ahora yo misma me creí la historia, y ya no hay espacio para la incertidumbre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario